sábado, 23 de junio de 2012

El país que soñé...

Desde hace varias semanas, mi país vivió una serie de acontecimientos desafortunados. Todo se inició con el robo de Gs.1.500.000.000 en la Cámara de Diputados para un TSJE que lo único que hace es tirar agua a su molino, robar y faltarle al pueblo cada vez que puede, que luego fue rápidamente rechazado en la Cámara de Senadores, gracias a la presión ejercida por la ciudadanía que asistió a la plaza gracias al uso del poder de las redes sociales con el after office revolucionario.

Después se trató el tema de las listas sábanas, cuyo proyecto fue rechazado por unanimidad, aún ante la presión del pueblo que nuevamente convocó una protesta masiva; dijeron retrasar su aplicación hasta las elecciones posteriores a abril del 2013, por "las incomodidades que generaría el conteo de votos y que por lo tanto"; otra sinvergüenzeada más y un recurso barato para evitar que se les quite el zoquete.

Posterior a eso, ocurrió lo del enfrentamiento de Curuguaty que dejó como saldo un total de 17 muertos, 6 policías y 11 campesinos. Desde ambos lados, las versiones eran distintas, que fue una emboscada, que los campesinos fueron entrenados, que en realidad fueron francotiradores contratados, en fin, una serie de suposiciones que hasta hoy, no fueron aclaradas ni se comunicó lo que realmente sucedió. Lo que sí estuvo claro, fue que muchas familias lloraron pérdidas humanos que pudieron haber sido evitadas.

Y esto, obviamente fue aprovechado por un montón de personas para interrumpir un proceso democrático, donde el presidente en ejercicio hasta el día de ayer, había sido elegido legítimamente por el pueblo, independientemente a que estuviéramos o no de acuerdo con sus acciones. Llevaron a cabo un juicio político plagado de irregularidades en menos de 48hs., un circo montado por todos esos payasos que veíamos en televisión, con un Federico Franco hambriento de poder, con el único objetivo de ser presidente sin importar la manera, con una primera dama que ni siquiera asistió a la sesión de ayer porque probablemente ya se encontraba preparando su atuendo para la asunción de su marido y con una total intención de seguir siendo parlamentaria y primera dama al mismo tiempo, y con un Blás Llano abrazándose con un Lino Oviedo, montando un circo paralelo.

Y no es que esté a favor o en contra de Lugo, o en contra o a favor de Federico, sino que estoy a favor de que el pueblo es quien debe elegir a sus gobernantes y es el único que puede descalificarlos, y de que el parlamento debe mirar para sus adentros y evaluar si ellos tienen o no la altura moral y cívica para juzgar las acciones de los demás, cuando son ellos mismos quienes hacen y deshacen lo que quieren con este país, cuando son ellos mismos quienes roban al pueblo en sus narices, cuando son ellos mismos quienes faltan a las leyes, cuando son ellos mismos quienes no representan en realidad los deseos de los paraguayos. Como dijo mi gran amigo Juan Rojas, no siempre lo que dictan las leyes es lo moralmente correcto. Y me pregunto, por qué no se someten también a un juicio político?

Y si, ayer fue un día muy triste, porque este no es el país que soñé y sigo soñando para mi hija, para sus hijos, para todos los paraguayos, pero eso no va a hacer que me de por vencida y ninguno de nosotros debe hacerlo. Ya vi muchas declaraciones en las redes sociales diciendo que ya no van a ir a votar porque perdieron la confianza, porque al final son los mismos quienes ganan siempre. Al contrario, es ahora cuando debemos demostrarles quienes somos y que es lo que queremos, con nuestro voto, porque nuestro voto es la única y legítima herramienta capaz de lograr lo que todos anhelamos.

Para concluir, transcribo las palabras publicadas por Gabriela Ibañez Osnaghi, https://www.facebook.com/gabriela.ibanezosnaghique resumen de manera brillante lo que pensamos y sentimos muchos paraguayos.

Arriba Paraguay, este es el momento de mostrar nuestra soberanía y de no dejarnos pisotear por unos cuantos impresentables. Logremos entre todos el país que soñamos...

Estimado Paraguayo:

Hoy quiero decirte que estoy podrido de escuchar tus mismas quejas y lloriqueos desde hace doscientos años: que si los españoles nos conquistaron, que si la triple alianza nos quebró, que si los gringos nos invadieron, que si Alfredo Stroessner fue un dictador, Juan Carlos Wasmosy un ladrón y Fernando Lugo un irresponsable.

Quiero decirte que estoy harto de tus inútiles manifestaciones donde no logras nada y solo perjudicas a los demás, que estoy cansado de que siempre queres vivir del Gobierno y que éste te mantenga, te baje precios, te dé luz, agua y tierra, todo lo queres en la boca. Ah, pero eso sí, te fascina colgarte de la luz con tu “ganchito” para no pagarla, disfrutas robarte el cable a tu vecino, darle coimas a los policías y te encanta evadir impuestos.

Estoy agobiado de tu frasecita “la tierra es de quien la trabaja” ¿Para qué? De todas formas acabas emigrando al otro lado del océano donde la tierra no es de quien la trabaja. Allá la tierra le pertenece a quien tiene el capital para trabajarla, pero eso es algo que vos, en tu ignorancia nunca vas a entender.

Gente como los judíos y los coreanos que vienen igual de jodidos que vos se ponen a trabajar juntos, no pisándose unos a otros, vienen a hacer negocios, no a humillarse ellos mismos haciendo el trabajo sucio que no queres hacer. Decís que los paraguayos somos machos porque les hacemos el trabajo pesado a los gringos, españoles, argentinos, y que ellos son haraganes… yo creo más bien que son muy inteligentes. ¿Cuántos paraguayos han llegado a ser empresarios en Estados Unidos, España y otros países? Muuuuy pocos, solo aquellos que superan todos los obstáculos, se preparan y se esfuerzan al máximo… ¿Por qué la gente de otros países tiene fama de comerciantes, de empresarios o hasta de usureros? ¿Y nosotros? Tenemos fama de carpinteros, plomeros y jardineros.
¿Te valoras tan poco que no crees ser capaz de tener un empleo de otro nivel? Los árabes y asiáticos llegan a este país muchas veces igual que vos, sin hablar el idioma ni conocer a nadie y terminan por lo menos siendo dueños de sus propios negocios.

Estoy reventado de que te sientas orgulloso de tu ITAIPU creyendo que la energía es tuya si la electricidad la traes del extranjero. Estoy realmente cansado de ver cómo te haces la victima para todo y entre mas jodido estés, en vez de pelear para salir del hoyo mas te haces la víctima y el ofendido.

Otra cosita, ¿En serio crees que la situación y futuro del país está en manos de quien lo gobierne? ¡Me tenes podrido con eso!, por eso no avanzamos porque PARAGUAY SOS VOS, no el gobierno.
Ni los incompetentes liberales, ni los mentirosos oviedistas, ni los ladrones colorados harán que tu vida sea mejor, ninguno de estos políticos será un buen gobierno para nuestro país, quienes mejor pueden sacarlo adelante son ustedes raza, ciudadanos normales pero con los pantalones suficientes para pelear por los sueños del pueblo paraguayo.

Me da lástima verte decir que la riqueza en Paraguay no se distribuye bien, La riqueza no se distribuye ¡imbécil!, se gana con trabajo e inteligencia ¿o que, acaso no podes?
Trabaja con entusiasmo, deja de hacer las cosas a medias… pero sobre todo ESTUDIA, LEE. No te quedes con el contenido digerido que te dan en la televisión, investiga. Los chinos van para arriba como potencia no porque sean muchos, sino porque ESTUDIAN, 8 de cada 10 profesionistas son ingenieros que desarrollarán tecnología. Los japoneses no tienen petróleo ni recursos naturales más que cultivos de arroz, cerezas y mucho mar pero están años más avanzados que nosotros porque importan materias primas que transforman en teléfonos celulares, autos, computadoras, etc. Porque a pesar de estar geográficamente en medio de la nada están sumamente preparados.

“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Pensa pero no dos veces que no es tan difícil: gente ineficiente hace gobiernos ineficientes no al revés.
Empezá a cambiar Paraguay hoy, apaga tu telenovela o el mediocre fútbol y lee un libro… ¿o estas “kaigue”?? Entonces ni te quejes…
Ayuda a quien tengas al lado en lugar de meterle el pie en el camino, fíjate primero en tus propios actos antes que en los de los demás.

Atentamente.

El León de tu Bandera

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